Las cuevas de Dambulla

A la mañana siguiente nos fuimos de Colombo y nos vino a buscar al hotel nuestro chófer de confianza, Kamal, para llevarnos hasta Sigiriya, con una parada intermedia para visitar Dambulla y comer allí. Desde Colombo a Dambulla tardamos unas 3 horas en coche y luego desde allí a Sigiriya solo hay media hora más. Nos cobró 70 euros por el día completo.

Tanto Dambulla como Sigiriya forman parte del llamado Triángulo Cultural de Sri Lanka, la región central del país en la que se encuentran sus antiguas capitales y algunos de los principales recintos arqueológicos y religiosos. Además de Dambulla y Sigiriya, integran esta región cultural Polonnaruwa y Anuradhapura, entre otros lugares de menor importancia.

La gran atracción de Dambulla son sus Templos de las Cuevas, unos santuarios milenarios excavados en la roca, que son Patrimonio de la Humanidad. Son cinco las cuevas que se pueden visitar, una al lado de la otra, y en su interior se pueden ver estatuas de Buda e impresionantes frescos pintados sobre la roca. La minuciosa decoración de estos templos es realmente espectacular porque algunas pinturas murales tienen casi 2.000 años de antigüedad, aunque la mayor parte se han ido restaurando o añadiendo con el paso del tiempo.

En la primera cueva, Devaraja Viharaya o cueva del Rey Divino, se puede ver un enorme buda reclinado labrado en la roca de 15 metros de longitud y algunas de las pinturas más antiguas, mientras que la segunda, conocida como Cueva de los Grandes Reyes, es la más grande y la que cuenta con más elementos decorativos, como una hilera de estatuas de Buda rodeando el perímetro. La tercera cueva, Maha Alut Vihara o Gran Monasterio Nuevo, también cuenta con un imponente Buda reclinado.

Los templos de las cuevas de Dambulla están en lo alto de una pequeña montaña de 160 metros y hay que subir algunas escaleras para llegar hasta la entrada, donde está la taquilla. Para acceder al recinto hay que descalzarse y cubrirse hombros y rodillas. Por el camino de subida se pueden ver monos, que seguro divertirán a los niños durante un buen rato.

Desde las cuevas se puede ir caminando al Templo de Oro, pero si tenéis coche con conductor es mejor volver a bajar las escaleras hasta el parking y que os lleve en coche. El Templo de Oro (Golden Temple) es visualmente muy fotogénico porque está presidido por una gigantesca estatua dorada de Buda, pero no tiene ningún interés histórico porque fue inaugurada en 2001. Se construyó como puerta de acceso principal a las cuevas de Dambulla, aunque la mayoría de turistas vamos directamente en coche hasta las cuevas y luego visitamos este gigantesco Buda, simplemente para echarle una foto.

Después de visitar las cuevas y el Templo de Oro, el conductor nos llevó a comer a un restaurante de Dambulla, donde probamos nuestro primer rice & curry, el plato nacional de Sri Lanka. Luego continuamos viaje hasta Sigiriya. Las cuevas y el templo se pueden visitar perfectamente en un par de horas.

Subida a las cuevas de Dambulla.


Mono en el camino.


Llegando a la cima.


Más macacos en los alrededores de las cuevas.


Cuevas de Dambulla.


El gran Buda reclinado de la primera cueva.


Pinturas murales milenarias.


El interior de las cuevas es espectacular.


Prohibido hacerse selfies dando la espalda a Buda, se considera una falta de respeto.


Budas sentados.


Más estatuas de Buda.


El techo de roca también está profusamente decorado.


Budas de pie.


Interior de la cueva número 4, también llamada Paschima Viharaya o cueva occidental.


Exterior de las cuevas de Dambulla.


Templo de Oro.


Cruzando la ciudad de Dambulla en coche.


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