Qué ver gratis en Anuradhapura

Anuradhapura es otra de las antiguas capitales de Sri Lanka y uno de los puntos clave del Triángulo Cultural. El reino de Anuradhapura vivió su época de esplendor hace más de 2.000 años, allá por el siglo IV a. c. y mantuvo su hegemonía en la isla durante centurias hasta que comenzó su declive y hundimiento final en el siglo X de nuestra era. Fue en este reino donde comenzó a expandirse el budismo por toda la isla, tras su nacimiento en la cercana roca de Mihintale y, en la actualidad, la ciudad de Anuradhapura sigue siendo un importante centro espiritual en Sri Lanka. Por esa razón, son muchos los peregrinos que acuden desde todos los puntos del país para visitar sus lugares sagrados.

Para los turistas, los puntos de interés se pueden dividir fundamentalmente en dos partes: el recinto arqueológico donde se encuentran las ruinas antiguas y los lugares religiosos. La entrada al recinto arqueológico cuesta, como es habitual en Sri Lanka, un ojo de la cara para los extranjeros (30 dólares adultos y 15 los niños), mientras que los lugares sagrados son gratis.

Como ya habíamos pagado suficientes entradas y, además, habíamos visitado las ruinas de Polonnaruwa, no quisimos gastarnos otros 90 dólares y nos centramos exclusivamente en visitar los puntos de interés gratuitos. Y creo que hicimos bien porque son bastantes y nos ocuparon prácticamente todo el día. Además, los sitios gratis son incluso más interesantes porque, al contrario que las ruinas, son lugares de culto que están en activo y eso te permite ver los rituales que siguen los esrilanqueses cuando acuden a visitarlos. Si vais en fin de semana, como fuimos nosotros, o en días de luna llena (aquí se llaman días de poya), los encontraréis llenos de gente local y muy animados.

Para hacer la visita lo mejor es alquilar un tuk tuk con conductor para todo el día porque los puntos de interés están desperdigados por los alrededores de Anuradhapura. A nosotros nos costó 5.000 rupias (14 euros) y lo contratamos directamente en nuestro hotel.

Nuestro tuk tuk.


El lugar más venerado de Anuradhapura es el árbol sagrado Jaya Sri Maha Bodhi, que se cree que nació de un esqueje del árbol Bodhi de la India, bajo cuyas ramas Buda alcanzó la iluminación. El árbol se encuentra en el interior de un templo al que los esrilanqueses acuden en masa con ofrendas de flores y de fruta. Los fines de semana está abarrotado de familias que rezan y hacen pícnics por los alrededores. La mayoría van vestidos de blanco, símbolo de pureza en el budismo, y hay música porque algunos llevan instrumentos tradicionales, como tambores o flautas, que tocan de forma ritual para acompañar las procesiones y ofrendas. Vale la pena dedicarle un buen rato a este templo porque es muy curioso ver todo lo que hacen los locales.

Entrada al templo del árbol sagrado, Jaya Maha Bodhi.


Peregrinos llevan ofrendas al árbol sagrado.


Peregrinos con tambores.


Encendiendo velas.


Quemando incienso.


Más incienso.


Ofrendas al árbol sagrado.


Desde el templo del árbol sagrado se puede ir caminando hasta la dagoba Ruwanwelisaya a lo largo de una larga avenida de tierra repleta de puestecillos en los que venden flores y fruta para realizar las ofrendas. Se puede ir en tuk tuk, pero vale la pena ir andando para disfrutar del ambiente local. También hay monos saltando por los alrededores y por el camino se pasa por el Lovamahapaya, o templo de bronce, que destaca por sus 1.600 columnas de piedra.

Dagoba es como se llama en Sri Lanka a las tradicionales estupas budistas y Anuradhapura es el mejor lugar del país para contemplarlas. La dagoba de Ruwanwelisaya es una de las más antiguas porque la original data del siglo II a. c., aunque ha ido sufriendo remodelaciones posteriores. Fue uno de los edificios más grandes de la antigüedad y es realmente impresionante, con 103 metros de altura y una circunferencia de 290 m. Destaca por su blanco impoluto, como todas las dagobas de Anuradhapura, y es también un lugar muy venerado, al que acuden los peregrinos para rodearla en el sentido de las agujas del reloj. Aquí también realizan ofrendas florales, tocan música y queman palitos de incienso.

Dagoba Ruwanwelisaya.


Multitud entrando a la dagoba Ruwanwelisaya.


Peregrinos rodeando la dagoba Ruwanwelisaya.


Peregrinos y monjes budistas rodeando la dagoba Ruwanwelisaya.


Monje budista con ofrendas.


Rezando en la dagoba Ruwanwelisaya.


Monjes con paraguas. El día amenazaba lluvia.


En los alrededores de la dagoba Ruwanwelisaya se pueden ver monos.


Columnas del templo de bronce Lovamahapaya.


Desde la dagoba Ruwanwelisaya aprovechamos para acercarnos hasta la valla que protege el recinto arqueológico y desde donde se puede contemplar la dagoba Jethawanaramaya, el lugar más importante de todas las ruinas de Anuradhapura y que desde este punto se puede ver gratis. Esta dagoba no está pintada de blanco porque no es un templo en activo, sino un vestigio arqueológico y se mantiene como tal. Era una dagoba enorme de 122 metros de altura, aún más grande que la de Ruwanwelisaya, y en su momento fue la estupa más alta del mundo. Se dice que cuando se construyó, en el siglo III, fue la tercera estructura más alta del mundo, después de las pirámides de Keops y Kefrén, y está hecha de ladrillo. Como es una ruina que no ha sufrido restauraciones, ha ido perdiendo altura con el paso del tiempo debido a derrumbes y su altura actual es de unos 70 metros.

Dagoba Jethawanaramaya.


Después de visitar esta zona , volvimos al tuk tuk para ir a la dagoba Mirisawetiya. Fue construida poco después que la de Ruwanwelisaya, en el siglo II a. c., y aunque es un poco más pequeña (55 metros de altura) destaca también por su color blanco y por ser una dagoba muy venerada por los locales.

Además de estas dagobas antiguas, se puede visitar la dagoba Sandahiru Seya, que se empezó a construir en 2010 para conmemorar el fin de la guerra civil en Sri Lanka y fue inaugurada en 2021. De un blanco inmaculado, mantiene el estilo de las antiguas dagobas y es enorme porque mide 86 metros de altura y 244 de circunferencia. Aunque se trata de edificio moderno, merece la pena acercarse a verla por sus dimensiones. Y no muy lejos de ella se encuentra el templo Sarananda Maha Pirivena, que esconde una estatua gigante de Buda sentado.

Dagoba Mirisawetiya.


En el tuk tuk recorriendo los templos de Anuradhapura.


La gran dagoba Sandahiru Seya.


Peregrinos en la dagoba Sandahiru Seya.


Dagoba Sandahiru Seya.


Estatuas ecuestres junto a la carretera.


El gran Buda del templo Sarananda Maha Pirivena.


Otro lugar imprescindible es el templo Isurumuniya, para el que hay que pagar una entrada de 3.000 rupias (8,5 euros) que tampoco está incluida con el ticket del complejo arqueológico. Este antiguo santuario se construyó sobre una roca y se mimetiza perfectamente con ella. Se puede subir hasta lo alto de la roca, desde donde se obtienen buenas vistas de un lago cercano y se divisan las cúpulas de las principales dagobas de Anuradhapura. La historia del templo se remonta al siglo III a. c. y frente a él hay un pequeño estanque con cocodrilos, así que hay que tener cuidado al acercarse.

Al lado de este templo se puede visitar el Ranmasu Uyana, los antiguos jardines reales de Anuradhapura. Es un parque junto al lago en el que se pueden ver ruinas de estanques, piscinas, canales y otras obras hidráulicas talladas en la roca hace más de 2.000 años. También hay rocas con misteriosos grabados, que algunos arqueólogos entienden como un mapa estelar o mapa del universo.

Templo Isurumuniya.


Entrando al templo Isurumuniya.


Vista de las dagobas de Anuradhapura desde lo alto del templo Isurumuniya.


Frente al templo Isurumuniya hay un lago con cocodrilos.


Recinto de los antiguos jardines reales de Anuradhapura.


Estanque en los jardines reales.


Mapa estelar grabado en la roca.


Murciélagos gigantes colgados de un árbol.


Lago junto a los jardines reales.


Y hasta aquí duró nuestra visita a los lugares gratuitos de Anuradhapura (incluyendo solo el templo de pago Isurumuniya), que ya os digo que son más que suficientes para ocupar todo un día completo. Nosotros empezamos sobre las 9 de la mañana y terminamos pasadas las 4 de la tarde, parando solo un rato para comer en un restaurante de la ciudad.

En Anuradhapura nos alojamos en el hotel 4U Saliya Garden, que nos costó 85 euros la noche en habitación cuádruple, con desayuno incluido. El hotel está muy bien, con una piscina muy agradable para darte un baño después de la visita turística y también tiene un bar con billar. Eso sí, está bastante apartado del centro y si quieres ir a la ciudad o a cualquier restaurante tienes que ir en tuk tuk.

Centro de la ciudad de Anuradhapura.


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