Tres rutas pintorescas para recorrer en coche

Disponer de coche propio es la mejor forma de hacer turismo a tu aire sin necesidad de planificar demasiado. No te obliga a estar pendiente de los engorrosos horarios del autobús o del tren y te permite visitar lugares a los que el transporte público sencillamente no llega. Además, puedes cargar en el maletero con todo el equipaje que desees o llevar una buena provisión de comida y bebida del supermercado para ahorrarte unos euros. En definitiva, el coche es sinónimo de libertad para cualquier viajero.

Aquí hemos preparado tres rutas por Europa para recorrer en coche de alquiler disfrutando de carreteras pintorescas y paisajes espectaculares:



Castillos del Rhin (Alemania)



El castillo de Reichenstein se alza sobre el Rhin.

Esta ruta discurre paralela al río Rhin a lo largo de 70 kilómetros, los que separan el pueblo de Rudesheim, en el estado federado de Hess, y la ciudad de Coblenza, en Renania-Palatinado. Popularmente se conoce como la ruta del Rhin Romántico por la belleza del paisaje que rodea este pequeño tramo de un río de más 1.200 kilómetros de longitud.

Hay dos carreteras que serpentean por los meandros del Rhin, una en cada ribera del río, así que la ruta se puede hacer por ambos lados. No obstante, el más pintoresco es el derecho porque ofrece las mejores panorámicas de los castillos, que se levantan en su mayoría en la margen izquierda. Los castillos del Rhin son un conjunto de fortalezas de origen medieval que se erigieron como línea defensiva en las colinas que rodean el cauce del río. Algunas acabaron en ruinas y otras fueron transformadas en suntuosos palacios en épocas posteriores.

De todos ellos, el castillo de Marksburg, cuyo origen se remonta al siglo XII, es uno de los más espectaculares. Rheinstein o Reichenstein son otras fortalezas que sorprenderán al viajero, así como el pequeño bastión de Pfalzgrafenstein, construido sobre una pequeña isla en medio del río. Además de estos tesoros arquitectónicos, la ruta por el Rhin Romántico permite disfrutar de un increíble paisaje de viñedos y bosques. Los miradores de Lorelei y Niederwalddenkmal son paradas obligatorias para disfrutar del entorno.

La forma más sencilla de llegar es volar a Frankfurt y allí alquilar un coche para poner rumbo a Rudesheim. Desde este pueblo solo hay que ir descendiendo el cauce del Rhin en sentido norte hasta Coblenza, donde confluyen las aguas del Rhin y el Mosela.


Ring of Kerry (Irlanda)



Estrecha carretera en el Anillo de Kerry.

El Ring of Kerry, o Anillo de Kerry, es una ruta circular de unos 170 kilómetros que rodea el condado de Kerry, en el suroeste de Irlanda. La ruta arranca en la ciudad de Killarney, con un precioso centro histórico medieval, y poco a poco se va adentrando en la península de Kerry. Conforme avanza la ruta, el paisaje se vuelve más inhóspito y virgen, los pueblos empiezan a escasear y cuando el viajero se dé cuenta estará rodeado de ovejas y verdes praderas.

En el extremo más occidental del Anillo de Kerry se encuentra la isla de Valentia, a la que se puede cruzar a través de un puente. Con solo 600 habitantes esta isla de pescadores conserva el encanto de la Irlanda más rural y ofrece buenas opciones de senderismo. De regreso hacia Killarney, las cruces celtas y las viejas abadías abandonadas nos acompañarán durante la ruta. Tampoco hay que perderse el fuerte de piedra Staigue Fort, construido durante la Edad de Hierro por los primigenios habitantes de Irlanda.

Las carreteras del Ring of Kerry son espectaculares, pero hay que conducir con cuidado. Son tan estrechas que, para que os hagáis una idea, los autobuses solo tienen permitido realizar el recorrido en el sentido inverso a las aguas del reloj para evitar que dos conductores se encuentren de cara y tengan que maniobrar.

El condado de Kerry tiene su propio aeropuerto y es el más práctico para empezar la ruta, aunque apenas hay vuelos desde España. Más accesibles desde nuestro país son los aeropuertos de Cork y Shannon, también cercanos al Ring of Kerry. En los tres aeropuertos se puede alquilar directamente el coche.


Playas del Desembarco de Normandía (Francia)



Vista del pueblo de Arromanches-les-Bains, en la costa de Normandía.

La costa de la Baja Normandía fue el 6 de junio de 1944 el escenario de la batalla más decisiva de la Segunda Guerra mundial. Más de 100.000 soldados aliados cruzaron ese día el Canal de la Mancha y desembarcaron en las playas de esta región francesa para asestar un golpe letal al Tercer Reich.

Más de 70 años después, los escenarios de aquella histórica y sangrienta fecha, que se cobró decenas de miles de vidas, se pueden visitar en una apasionante ruta de unos 100 kilómetros, que recorre las cinco playas principales donde se produjo el Desembarco: Utah, Omaha, Gold, Juno y Sword. Estas cinco franjas de arena, casi siempre azotadas por el viento y las olas del mar, conservan los nombres en clave que recibieron el Día D y, aunque en la actualidad están tomadas por jóvenes practicando kite-surf, todavía impresionan a cualquier viajero que deje volar su imaginación y rememore lo ocurrido en esos escenarios.

En algunos tramos de costa aún se pueden observar antiguos bunkers defensivos construidos por los nazis y decenas de memoriales de guerra. El cementerio americano de Omaha, donde reposan los restos de casi 10.000 soldados estadounidenses fallecidos en la batalla de Normandía, es otro lugar impactante, así como el precioso pueblo de Arromanches-les-Bains, epicentro del Desembarco y lugar donde se encuentra el museo del Día D.

Más hacia el interior, atravesando un delicioso paisaje rural de verdes praderas, bosques y vacas pastando, se puede llegar hasta la localidad de Bayeux para ver el famoso Tapiz de Bayeux, una joya medieval de casi 70 metros de longitud, que fue bordada en el siglo XI y que relata la conquista normanda de Inglaterra.

Volar a París es la forma más habitual para llegar a las Playas del Desembarco, ya que los aeropuertos de Normandía (Caen, Rouen, Deauville o Le Havre) tienen pocas conexiones internacionales.

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