Rabat, Chefchaouen y Tánger
Día 2. Rabat-Tánger
Día 3. Tánger-Chefchaouen
Día 4. Chefchaouen
Día 5. Chefchaouen-Tánger
Fecha del viaje: febrero-marzo de 2025.
La ruta
Este viaje fue una escapada de 5 días que hicimos en invierno aprovechando unos vuelos baratos de Ryanair, con la ida Madrid-Rabat y la vuelta Tánger-Madrid. Fuimos dos familias con dos niños cada una, en total 8 personas (4 adultos y 4 niños). Los peques disfrutaron mucho y se lo pasaron muy bien porque Marruecos es un destino muy llamativo para los niños.
Visitamos Rabat y desde allí fuimos en el tren de alta velocidad Al Boraq hasta Tánger, un trayecto que solo dura hora y media. El tren Al Boraq es como el TGV francés, pero en versión marroquí y fue inaugurado en 2018, siendo el primer tren de alta velocidad de África. Los billetes los compramos por internet en la web de los ferrocarriles marroquíes y son bastante económicos, entre 10-15 euros por persona. Para ir de Tánger a Chefchaouen fuimos en taxi privado, que nos costó 50 euros por trayecto después de negociar el precio con un taxista local. El trayecto dura dos horas.
Como apunte, en el aeropuerto de Rabat hay que armarse de paciencia porque el control de pasaportes es muy lento y se montan largas colas cuando se juntan un par de vuelos.
Comer en Marruecos
Marruecos es un gran destino gastronómico porque la comida está buenísima. Además de los clásicos cuscús y tajines, vale la pena probar otros platos típicos como los guisos de garbanzos o lentajas, o la típica sopa harira. Otro delicia es la pastela, con una mezcla de sabores salado y dulce, que a los niños les suele gustar mucho. Los restaurantes son en general muy baratos y se puede comer bien por 15-20 euros por persona o, incluso, menos si se buscan restaurantes más locales..
Como restaurantes, os podemos recomendar el Dar Naji de Rabat y el Kebdani de Tánger. En Chefchaouen tiene una buena relación calidad-precio el restaurante Assaada y tampoco están mal los que tienen terraza en la plaza principal, Uta el Hamman.
Una peculiaridad de este viaje es que fuimos en Ramadán, pero no fue ningún inconveniente para encontrar restaurantes abiertos durante el día. El único problema fue para tomarnos una cerveza porque muchos restaurantes que la sirven habitualmente, dejan de venderla durante el mes de ayuno musulmán. De hecho, en Chefchaouen no venden cerveza en ramadán en ningún establecimiento del pueblo, a pesar de ser un sitio muy turístico. En todo caso, el alcohol es bastante caro en Marruecos porque solo lo consumen los turistas.
Dónde dormir
En Marruecos es recomendable alojarse en un riad porque tienen mucho encanto. Suelen ser antiguos palacetes o grandes casas antiguas transformadas en hoteles que mantienen una decoración tradicional. Aunque los riads son en general más caros que los hoteles convencionales, vale la pena pagar un poco más por el encanto del lugar y la buena atención que suelen prestar al cliente. Además, los riads suelen incluir un buen desayuno marroquí, con té a la menta, dulces típicos, olivas, los clásicos crepes y huevos.
En Rabat nos alojamos en el Riad Esmeralda by Dar Ouezzani, que está muy bien situado en el corazón de la medina y la decoración interior es preciosa. El desayuno también es muy completo y, además, tiene una terraza en la azotea. La habitación cuádruple nos costó 98 euros al cambio.
En Tánger nos alojamos en el hostal Dar Laghrib, que también está muy bien situado dentro de la medina y cerca del aparcamiento de las murallas del puerto, donde se pueden coger taxis fácilmente. Este alojamiento tiene una buena relación calidad-precio y el desayuno también es completo. La habitación cuádruple nos salió por 80 euros.
En Chefhaouen nos alojamos en el hotel Al Khalifa, que se encuentra fuera de la medina, pero al lado de ella, así que no está mal situado. Además, está en la parte alta del pueblo, desde donde se obtienen buenas vistas y es accesible en coche. El hotel tiene una muy buena relación calidad precio y el desayuno es muy completo. La habitación cuádruple sale por 65 euros.
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