Qué ver en la isla de Lefkada

La isla de Lefkada es otra de las islas Jónicas de Grecia y es famosa por sus paradisíacas playas. Desde Igumenitsa, donde nos dejó el ferry al volver de Corfú, tardamos dos horas y media en llegar y una de las cosas positivas que tiene Lefkada es que no es necesario coger un ferry porque la isla está comunicada con la Grecia continental a través de un puente. De hecho, se dice que en la antigua Grecia la isla era una península unida al continente hasta que allá por el siglo VII ac los corintios excavaron un canal en el istmo que la unía a tierra firma para convertirla en una isla.

El puente de entrada a la isla de Lefkada pasa por la fortaleza veneciana de Agia Mavra, un baluarte defensivo junto al mar, y desemboca en la capital de la isla, una pequeña ciudad que también se llama Lefkada y que hay que atravesar para dirigirte al sur de la isla.

Nosotros nos alojamos en el pueblo de Agios Nikitas, uno de los más encantadores de la isla. Está enclavado entre montañas en la costa oeste de Lefkada, la menos urbanizada y agreste y también la que cuenta con las playas más espectaculares.

Agios Nikitas es un pequeño pueblo en el que prácticamente solo hay una preciosa calle peatonal que desemboca en el mar y en la que se concentran los bares y restaurantes. El ambiente del pueblo es muy relajado y tiene buenas opciones para cenar o tomar una cerveza junto al mar. La playa del pueblo es pequeña, pero caminando 20 minutos a través de un sendero que sube la montaña se puede llegar hasta la enorme playa de Milos Beach, una de las más bellas de Lefkada.

La playa de Milos es larguísima y está bañada por un mar turquesa de aguas transparentes. Eso sí, suele tener bastante oleaje y hay que estar atentos si vais con niños pequeños. También se puede llegar en barca desde Agios Nikitas, aunque la caminata vale la pena porque desde lo alto de la montaña se obtienen fabulosas vistas de la playa.

Calle principal de Agios Nikitas.


Agios Nikitas.


Agios Nikitas.


Terrazas en Agios Nikitas.


La pequeña playa de Agios Nikitas.


De camino a Milos Beach.


Desde lo alto de la montaña, de camino a Milos Beach, se divisa el pueblo de Agios Nikitas.


Y al otro lado de la montaña aparece Milos Beach.


Milos Beach.


Milos Beach.


Milos Beach.


No obstante, si hay una playa de Lefkada que destaca por encima de todas esa es la de Porto Katsiki, en el extremo sur de la isla. Solo hay una palabra para definirla: impresionante. Es, sin duda, una de las playas más bonitas de Grecia y suele aparecer en muchos folletos turísticos. Destaca por encontrarse bajo un acantilado de roca blanca y por el sorprendente color turquesa del mar. Si estais en Lefkada, hay que ir a esta playa sí o sí porque merece muchísimo la pena.

Desde Agios Nikitas hay 30 kilómetros hasta Porto Katsiki, pero se tarda casi una hora en llegar porque el último tramo de la carretera es muy estrecho y lleno de curvas, pero la mayor parte del trayecto es por una buena carretera desde la que se obtienen buenas vistas del paisaje agreste de la costa occidental de Lefkada.

En la carretera de camino a Porto Katsiki hay puestecillos que venden aceite y miel.


Espectacular vista de la costa de Lefkada.


El azul del mar es precioso.


Acantilados en Lefkada.


Al llegar a Porto Katsiki hay un parking de pago para dejar el coche y suele estar bastante lleno porque la playa recibe muchísimos turistas, eso es inevitable y es el precio a pagar por una de las mejores playas de Grecia. Desde el parking solo hay que descender el acantilado por unas empinadas escaleras hasta llegar a la playa de guijarros blancos que descansa bajo una enorme pared del mismo color. Frente a ella, el increíble color turquesa del mar que invita a bañarte nada más llegar. Como ocurría en Milos Beach, el oleaje suele ser fuerte, así que también hay que tener cuidado con los niños, sobre todo donde rompen las olas.

Vale la pena llegar pronto a Porto Katsiki para poder aparcar sin problemas y coger sitio, también para disfrutar de la playa con un poco menos de gente, porque conforme avanza el día se va llenando más y más. Por la mañana, da la sombra en buena parte de la playa y es a mediodía cuando el sol comienza a iluminarla completamente y a reflejarse en la pared blanca del acantilado potenciando aún más el color turquesa del mar. Es a partir del mediodía cuando esta playa luce todo su esplendor, aunque también es cuando desaparece la sombra y si no tienes sombrilla, no hay resguardo posible para protegerte del sol.

La playa de Porto Katsiki, bien iluminada por el sol.


Porto Katsiki, a primera hora de la mañana, todavía con sombra.


Las mejores fotos se obtienen desde un saliente de la montaña que hay junto a una de las zonas de aparcamiento, antes de descender a la playa. En este saliente había un puentecito de madera que atravesaba un precipicio para llegar hasta el extremo del acantilado, pero en la actualidad el puente está medio derruido y se prohíbe el paso, aunque hay algún instagramer loco que lo atraviesa jugándose el pellejo. Además, no es necesario hacerlo porque las fotos que se obtienen desde el final del aparcamiento son ya espectaculares.

Recomendamos llevar agua abundante y comida en una mochila nevera para pasar el día en Porto Katsiki, aunque también hay un bar en la zona de aparcamiento en el que venden bebidas y algo de comida.

El peligros puente que lleva hasta el mirador de Porto Katsiki.


Parking y restaurante de Porto Katsiki.


Bajando a Porto Katsiki.


Playa de Porto Katsiki.


Porto Katsiki.


Porto Katsiki.


El color turquesa del mar es espectacular en Porto Katsiki.


Otra panorámica de la playa de Porto Katsiki.


Detalle de la gigantesca pared de roca blanca que protege Porto Katsiki.


Los acantilados que rodean Porto Katsiki.


Los acantilados se funden con el mar Jónico.


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