Qué ver en Dubrovnik

Para llegar a Dubrovnik desde el norte de Croacia antes había que cruzar una pequeña franja costera de Bosnia-Herzegovina que separaba la región de Dubrovnik del resto del país. Desde julio de 2022, ya no hay que pisar territorio bosnio ni cruzar ninguna frontera porque Croacia ha inaugurado el Puente Peljesac, una grandiosa infraestructura de 2,5 kilómetros de largo que cruza el mar Adriático y permite unir la región de Dubrovnik con el resto del país a través de la península de Peljesac. Cuando fuimos nosotros, a principios de agosto de 2022, el puente estaba recién inaugurado. Aunque el viaje sigue siendo más corto a través de Bosnia, yendo por este puente te ahorras trámites fronterizos y a veces puede ser incluso más rápido el trayecto porque en la frontera pueden formarse caravanas.

Dubrovnik es la joya de la corona de Croacia, una preciosa ciudad fortificada junto al mar Adriático con un casco antiguo medieval perfectamente conservado, fruto de su esplendoroso pasado que le permitió durante siglos erigirse como un pequeño estado independiente, la República de Ragusa, nombre con el que se conocía a esta ciudad en la antigüedad. La república de Ragusa consiguió, incluso, mantener cierta autonomía durante la dominación del imperio otomano, a cambio, eso sí, de pagar un tributo al sultán.

La ciudad vieja de Durbrovnik.


La ciudad vieja, rodeada de una recia muralla de piedra, está repleta de palacios góticos y renacentistas, además de iglesias barrocas, monasterios y bastiones defensivos. No hay duda de que lo mejor de Dubrovnik es callejear sin parar por todo el casco antiguo, recorriendo desde las céntricas calles llenas de gente hasta las más apartadas que ascienden hasta las murallas. En cualquier rincón puede haber una sorpresa inesperada.

La Puerta de Pilé, con 500 años de historia, es la principal entrada a la ciudad amurallada y se accede a ella a través de un puente de piedra que cruza el foso que rodea la ciudad medieval. Después de atravesar esta imponente puerta se abre ante nosotros la Stradun, la calle principal y más famosa de Dubrovnik, que comunica la puerta de Pilé con el puerto viejo. Al principio de esta calle, donde también hay una oficina de turismo, se puede ver la fuente poligonal de Onofrio, del siglo XV.

Al final de la Stradun, casi llegando al puerto, se encuentra la plaza de Luza, uno de los lugares más emblemáticos de la ciudad. Aquí se levanta la iglesia barroca de San Blas, la Torre del Reloj y la Columna de Orlando, símbolo de la libertad de la República de Ragusa. Otros edificios destacados que se pueden ver en la ciudad vieja son el Palacio del Rector, sede del antiguo gobierno de la República de Ragusa, o el Palacio Sponza, de estilo veneciano y que albergaba la antigua aduana.

Tampoco hay que perderse la catedral de Dubrovnik, que conserva en cofres de oro las reliquias de San Blas, patrón de la ciudad. Es un edificio de estilo barroco que se construyó sobre la antigua catedral románica, destruida en el gran terremoto que arrasó la ciudad en 1667.

Entrada a la ciudad vieja por la Puerta de Pilé.


Stradun, la calle principal de Dubrovnik.


La Stradun, con el campanario del monasterio franciscano.


Paseando por la Stradun.


Iglesia de San Blas.


Rincones mágicos de Dubrovnik.


Muchas calles terminan en cuestas o escaleras desde donde se obtienen buenas vistas.


Cuadros en la ciudad vieja.


Ya en el puerto destaca la Fortaleza de San Juan, del siglo XVI, y que protegía la ciudad de los ataques marítimos. Si vais con niños merece la pena entrar porque en su interior alberga un acuario que seguro les gustará a los peques.

Otra de la visitas más solicitadas en Dubrovnik es el recorrido por las murallas, que permite contemplar la ciudad de muchos ángulos y puntos de vista. Es una visita entretenida, aunque te la cobran a precio de oro. También se obtienen buenas vistas saliendo de la ciudad vieja y subiendo por la escalinata que se encuentra a la derecha de la Puerta de Pilé.

Detalle de los tejados de Dubrovnik.


Vistas desde uno de los miradores de la ciudad.


Panorámica de la ciudad vieja con la isla de Lokrum al lado.


Fuera de las murallas, pero al lado de la ciudad vieja se erige otro de los edificios más imponentes, el Fuerte de Lovrijenac, también conocido como de San Lorenzo en castellano, construido sobre un promontorio de roca que se laza 37 metros sobre el mar. Desde este fuerte se obtienen buenas vistas del centro histórico de Dubrovnik.

La ciudad de para mucho y además de disfrutar de sus rincones mágicos se pueden hacer muchas actividades. En verano no hay duda de que bañarse en el mar es una de las más placenteras. Nada como darse un baño junto a las murallas de Dubrovnik, un escenario de película. Detrás del puerto viejo es un buen sitio para bañarse, con escaleras para entrar y salir del agua.

Fuerte de Lovrijenac.


La ciudad vieja, vista desde el Fuerte de Lovrijenac.


Barcas en el puerto viejo de Dubrovnik.


Vistas desde del puerto viejo.


Paseando por el puerto.


Puerto viejo de Dubrovnik.


Un buen lugar para bañarse detrás de las murallas del puerto.


Murallas del puerto.


Además, Dubrovnik también cuenta con varias playas de piedra perfectas para el baño siempre que encuentres un hueco, claro, porque en verano están masificadas. La Playa de Banje es la más famosa porque es la que mejores vistas tiene de la ciudad vieja. Se encuentra a solo siete minutos andando del centro histórico, saliendo por la puerta de Ploce.

También son populares las excursiones en kayak al atardecer, que te permiten rodear la ciudad vieja con espectaculares vistas desde el mar. Otra excursión habitual es ir a la cercana isla de Lokrum o subir al teleférico que asciende la montaña de Srd hasta 400 metros de altura, desde donde se obtienen buenas vistas de la ciudad. No obstante, si queréis ahorraros los 20 euros que cuesta el teleférico y teneís coche, siempre podéis subir por la carretera que asciende la montaña y obtener igualmente vistas increíbles. Y es que Dubrovnik está encajada entre imponentes montañas y el mar.

Esas montañas que rodean la ciudad traen, sin embargo, mal recuerdo a sus habitantes porque desde ellas se produjeron los bombardeos del ejército yugoslavo durante el asedio de Dubrovnik, entre 1991 y 1992, en pleno conflicto en los Balcanes tras la desintegración de Yugoslavia. Los bombardeos destruyeron numerosos edificios históricos y buena parte del patrimonio arquitectónico de la ciudad, provocando una gran condena internacional.

Puerta de Ploce.


Vistas de Dubrovnik saliendo por la Puerta de Ploce.


Playa de Banje.


Panorámica desde la playa de Banje.


La costa de los alrededores de Dubrovnik.


Playa de Bellevue.


Excursión en kayak para rodear la muralla de Dubrovnik.


Vistas de Dubrovnik desde la carretera que asciende la montaña saliendo de la ciudad hacia el sur.


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