Lamu

El archipiélago de Lamu, no muy lejos de la frontera con Somalia, es seguramente uno de los lugares más cautivadores de Kenia. Un viaje a la Edad Media donde las culturas swahili y árabe han sobrevivido al paso de los años para llegar prácticamente intactas hasta nuestros días.

El pueblo de Lamu, uno de los más antiguos del país, es la capital del archipiélago y un lugar fascinante. Aquí no existen los coches y todo el transporte se realiza en burros o en dhows, barcos tradicionales de madera. El tiempo se ha detenido.

Las estrechas callejuelas de Lamu son un auténtico laberinto y perderse por ese entramado observando la vida diaria de sus habitantes es una delicia. Detrás de cada esquina se esconde una imagen aún más sorprendente que la anterior. Pasear y pasear por este tranquilo pueblo escuchando a los muecines de las mezquitas es la gran atracción de Lamu.


Recorriendo el laberinto de Lamu.



Una callejuela de Lamu.



Otra estrecha calle.


Un burro aparcado en la calle.



Mujer musulmana.



Niños jugando al Carrom en la calle.



Sonrientes chavales de Lamu.



Otra bonita calle de Lamu.



Las puertas de madera tallada son obras de arte en Lamu.


Más calles de Lamu.



Un mapa de África pintado en la calle.



Entrada a una mezquita.



Todas las calles son pintorescas.



Casi hay que pasar de lado en alguna callejuela.


Abuelo de Lamu.



Vendedoras en la calle.



Un burro cargado hasta los topes.



Y más calles de Lamu.



También hay montones de gatos en Lamu.


Tráfico en una de las calles principales.



Otro burrito de Lamu.




VÍDEO: Tío cabreado por salir en el vídeo


Entre sus edificios más notables destaca el Fuerte de Lamu, construido por los árabes en el siglo XIX. La entrada cuesta 500 chelines y también permite el acceso al interesante Museo de Lamu, que muestra todo tipo de piezas de la cultura swahili.


La muralla del Fuerte de Lamu.



El Fuerte se levanta en la Plaza del Mercado, el corazón de la vida de Lamu. Es interesante visitarla a cualquier hora del día o, incluso, sentarse en un banco para contemplar el ir y venir de la gente. Por las mañanas se monta un atractivo mercado y por las tardes los jóvenes se sientan a jugar al Carrom, un juego de mesa importado de la India.


El mercado de Lamu.



El mercado está repleto de gente por las mañanas.



Puestecillo de frutas en el mercado.



Paseando por el mercado de Lamu.



El mercado también tiene zonas cubiertas con lonas.



Seguimos pateando por el mercado.




VÍDEO: Plaza del mercado de Lamu


El Paseo del Puerto es la principal arteria de Lamu y está flanqueado por las mejores casas de arquitectura swahili, que orientan sus fachadas hacia el mar donde los pescadores descargan las capturas del día de sus viejos dhows. Todo este frente marítimo está repleto de restaurantes donde probar exquisito pescado a la brasa o al estilo swahili. Al ser un pueblo musulmán, solo en algunos sirven alcohol.


Casas swahilis en el puerto de Lamu.



El paseo del puerto.



Barcos varados en la arena con la marea baja.



Reparando un viejo dhow.



El burro es el principal medio de transporte en Lamu.



Reservoir Donkeys.



Nosotros aterrizamos por la tarde, con cuatro horas de retraso, en el pequeño aeródromo de Lamu, situado en la isla de Manda. Para cruzar a la isla de Lamu hay que coger un barco (100 chelines = 0,8 euros) en el embarcadero que está al lado.


Recién aterrizados en Lamu.



Turistas esperando para montarse en nuestro avión.



Cruzando en barco del aeropuerto a Lamu.



El fabuloso skyline de Lamu.



Al aeropuerto nos vino a buscar un enviado de la Jambo House, el hotel que habíamos reservado por internet, y nos acompañó hasta el lugar porque de lo contrario hubiera sido muy complicado orientarse por el laberinto de Lamu.

La Jambo House es una casa swahili reconvertida en hotel por un alemán, que se enamoró de Lamu y se quedó a vivir aquí. Es un tío simpático que por las mañanas te prepara el desayuno en una agradable terraza y que se desvive por recomendarte los mejores sitios para comer pescado o tomar una cerveza. La habitación doble con baño privado, situado fuera de la habitación, y desayuno nos costó 2.400 chelines (17 euros). Es un lugar barato muy recomendable. Solo se echa de menos aire acondicionado en lugar del ventilador.


La Jambo House.


Puerta de entrada a la Jambo House.


Nuestra habitación en la Jambo House.



También contratamos con la Jambo House una excursión en dhow para ver el atardecer y cenar en una playa de la isla de Manda. Éramos siete en el grupo y viajamos con una animada tripulación de rastafaris que nos prepararon un exquisito pescado a la brasa con salsa swahili. Nos costó 2.000 chelines (14 euros).


La tripulación que nos llevó de excursión en dhow.



Atardeciendo en Lamu.



Bella silueta de un dhow al atardecer.



Preparando nuestra cena en la isla de Manda.



Cuando uno se canse de recorrer las calles de Lamu, cosa harto improbable, puede acercarse a la cercana playa de Shela. Hay que caminar unos 40 minutos para llegar a este pueblo que en su día fue parecido a Lamu, pero que ha sido transformado por los ricos extranjeros en un lugar de vacaciones. Aunque no tiene el encanto de su vecino, al menos ha sido restaurado con cierto esmero y no ha perdido del todo su personalidad.

La playa de Shela, eso sí, es fantástica. Una inmensa lengua de arena dorada bañada por las olas del Índico y en la que es sencillo encontrarse alejado de todo el mundo. Te puedes cruzar con algún lugareño cargando sus burros con arena de la playa para luego utilizarla en la construcción.


De camino hacia Shela.



Llegando al puerto de Shela.



La inmensa playa de Shela.



Detrás de la playa se extiende un campo de dunas.



Lugareño cargando arena en la playa de Shela.



Otra vista de la atractiva playa de Shela.



Burros frente al océano.



En Lamu pasamos tres noches inolvidables antes de volver al aeropuerto de Manda para regresar a Nairobi en otro vuelo de Fly540. El billete nos costó 197 dólares y esta vez sí que despegó puntual. En Nairobi pasamos otra noche en el hotel Kenya Comfort y al día siguiente nos despedimos de Kenia para poner rumbo a Tanzania.

2 comentarios:

  1. En diciembre pasé unos días en Lamu y la verdad es que me encantó. Me quede en Shela y me resultó más agradable porque el ambiente es más relajado y no te van parando por la calle para intentar venderte algo. Al ver tus fotos me arrepiento de no haber sacado más. Saludos!

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  2. Pedazo de blog compañero.....!!!!! Felicidades me ha sido de gran ayuda y enhorabuena por el pedazo de viaje....

    Pablo

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