Pisa

Para ir de Florencia a Pisa también fuimos en tren. Tarda 90 minutos porque realiza bastantes paradas intermedias, pero sólo cuesta 5,8 euros. Hay mucha frecuencia.

La idea de dormir en Pisa fue motivada porque a la mañana siguiente teníamos que coger el vuelo de Ryanair a las 6.15 de la mañana, así que reservamos por internet un alojamiento cerca del aeropuerto: el hotel Beside Pisa. La doble con baño compartido nos costó 45 euros. En realidad es una casa privada donde alquilan habitaciones, correctas pero un poco ruidosas. Recomendable sólo si se tiene que volar temprano porque al aeropuerto se llega caminando en cinco minutos.

Llegamos a Pisa al atardecer, pero todavía nos dio tiempo a visitar con algo de luz diurna la Plaza de los Milagros, donde se levanta la Catedral y la famosa Torre de Pisa. Junto al enorme Baptisterio, estos dos íconos de Pisa forman uno de los conjuntos arquitectónicos más impresionantes del románico europeo.

El centro histórico de Pisa también es muy pintoresco, prueba de su esplendoroso pasado como potencia marítima. Coloridas fachadas en las riberas del Arno, pequeños palacios y atractivas plazas muy animadas por la noche. Pisa cuenta con una importante universidad y está repleta de bares y restaurantes económicos.


Catedral de Pisa, en la Plaza de los Milagros.



La Torre de Pisa, junto a la Catedral.



Primer plano de la imagen más famosa de Pisa.


El Baptisterio de la Catedral de Pisa.



Coloridas fachadas junto al río Arno.



El Arno, cerca ya de su desembocadura en el Tirreno.



Plaza de Garibaldi.



Viejas fachadas en el centro histórico de Pisa.



El Borgo Stretto, realmente estrecho.


Anocheciendo en Pisa.

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