Pensacola (Florida)

Al día siguiente, después de darnos un bañito en la piscina y desayunar en el motel, continuamos viaje hasta Pensacola. Paramos en Tallahasee, capital del estado, para comer. Una ciudad aburrida compuesta de casas unifamiliares desperdigadas por el bosque.

Por la tarde llegamos a Pensacola, un importante centro turístico del sur del país. Nos costó un poco encontrar alojamiento barato y al final acabamos durmiendo en una especie de bungalows por 50 dólares. Por fuera eran acogedoras, pero por dentro estaban llenas de bichos y bastante cochambrosas.

Los alrededores de Pensacola son bonitos, con mucho bosque y puentes que cruzan el mar para acceder a islotes. En uno de estos islotes nos encontramos a unos pescadores de origen hispano (en el sur de EEUU se habla mucho español) que nos enseñaron el tiburoncillo de más de medio metro que acababan de pescar con su caña.

Al anochecer, como el día anterior, se comenzó a nublar y en poco tiempo se preparó una tormenta de la hostia. Florida es el estado de las tormentas eléctricas y sus relámpagos y truenos son para recordar.


Al atardecer se empieza nublar y suele haber tormentas en Florida.


Bonito embarcadero en Pensacola.


La cabaña adosada donde dormimos en Pensacola.

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