Los Cayos

Para visitar las magníficas playas de los Cayos decidimos quedarnos en Morón, un pequeño pueblo a unos 40 km al sur donde se puede encontrar alojamiento en casas particulares mucho más barato que en los Cayos (allí solo hay hoteles de cuatro y cinco estrellas de todo incluido).

Llegamos a Morón por la tarde-noche después de todo el día conduciendo desde el Oriente de Cuba, así que encontramos un sitio para dormir y a la cama. Al día siguiente nos levantamos pronto para ir a pasar el día a los Cayos, unidos a la isla principal por una carretera de peaje.

Las primeras playas que te encuentras son las de Cayo Coco. Arena blanca, agua cristalina y algún que otro cocotero. Los complejos hoteleros tienen sus playas privadas, así que, en la que podríamos llamar pública, te encuentras con miles de excursiones de cubanos que van a pasar el día.

La playa de Cayo Coco es muy buena, nos bañamos, descansamos un rato y nos fuimos hacia Cayo Guillermo, otro islote comunicado con el anterior por carretera. Al final de Cayo Guillermo se encuentra quizás la mejor playa de Cuba. Se llama Playa Pilar y para llegar hay que recorrer unos cuantos kilómetros por un camino sin asfaltar. Al final aparece un chiringuito donde comer langosta y cerveza bien fría; después está la playa, poco concurrida (sólo algún que otro turista extranjero) y arena nívea. Aquí nos quedamos hasta volver a Morón.


Carretera que une los cayos con la isla principal.


Playa en Cayo Coco.


Arena blanca, agua cristalina, ¡esto son playas!


Playa Pilar, en Cayo Guillermo.

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