Canal de Panamá





El canal de Panamá, que comunica el océano Atlántico con el Pacífico, es una de las mayores obras de ingeniería de la historia y uno de los puntos con mayor tráfico marítimo del planeta. Unos 14.000 barcos atraviesan anualmente sus 78 kilómetros de longitud, recortando así los casi 5.000 kilómetros que supondría bordear América del Sur por el estrecho de Magallanes.

El ahorro de tiempo y dinero también es considerable. Se tardan entre 8 y 10 horas en atravesar el canal, mientras que el rodeo por el extremo suramericano requiere más de una semana de navegación. El peaje por cruzar el canal se paga en función del tonelaje del barco, pero la media está en los 30.000 dólares, una cantidad muy inferior a los costes de una semana extra de navegación (combustible, mantenimiento, sueldos tripulación...).

La gran diferencia con el canal de Suez, la otra gran vía marítima del planeta, que comunica el Mediterráneo con el mar Rojo, es que el canal egipcio se pudo construir al nivel del mar, mientras que el de Panamá, debido a la orografía del terreno, debe superar un desnivel de 26 metros mediante tres juegos de esclusas. Es por ello, que la obra del canal americano fue técnicamente mucho más compleja y costosa.

La importancia del canal de Panamá es tan grande que los principales astilleros del mundo construyen los buques teniendo en cuenta las dimensiones de sus esclusas, que son de 305 metros de largo por 33,5 m de ancho. Actualmente se está construyendo la ampliación del canal, con nuevos juegos de esclusas, que permitirán doblar su capacidad de tráfico.

Ciudad de Panamá es la puerta de entrada al canal por el Pacífico y desde su bahía es fácil distinguir enormes buques esperando en altar mar su turno para poder cruzar el canal. Muy cerca de la capital panameña se encuentran las esclusas de Miraflores, las más visitadas por los turistas, a las que se puede llegar en taxi por 5 dólares.

La entrada a las esclusas de Miraflores cuesta otros 5 dólares, 8 incluyendo la visita al museo en el que se repasa la historia de la construcción del canal. En la última planta del centro de visitantes hay una terraza mirador desde donde se puede contemplar cómo los barcos suben y bajan por las esclusas para salvar el desnivel del terreno, un espectáculo amenizado por el micrófono de un speaker. También se puede bajar al nivel del suelo para ver las esclusas de cerca.



Centro de visitantes de las esclusas de Miraflores.



Las compuertas de las esclusas, cerradas.



Un gran barco mercante entrando en las esclusas de Miraflores.



Detalle de la proa del barco, guiado por locomotoras desde tierra.



La proa del barco ha descendido tras vaciarse la esclusa.



Turistas contemplando el paso de los barcos por las esclusas.



Otro gigantesco buque llega a las esclusas de Miraflores.



Se abren las compuertas de Miraflores.



Algunos barcos caben en las esclusas por escasos centímetros.



Barco saliendo de las esclusas de Miraflores.



Vista de las esclusas libres de tráfico marítimo.



Bajamos al nivel del suelo para ver el edificio original de las esclusas.



Vistas del canal de Panamá desde el avión durante el trayecto Bocas-Ciudad de Panamá.



El Puente de las Américas cruza el canal de Panamá en su entrada por el Pacífico. Solo hay dos puentes a lo largo de todo el canal.

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