Marsella

Marsella es la capital de la Provenza y del Mediterráneo francés. Su fama de sucia y destartalada la ha perseguido durante sus 26 siglos de historia, pero la antigua Massilia, como la llamaron sus fundadores griegos, cuenta con muchos atractivos.

Uno de ellos es el precio de los vuelos de Ryanair, que conectan Marsella y Madrid por 10 euros el trayecto. Una buena opción para pasar un fin de semana en la ciudad. Nos alojamos en el hotel Europe y nos costó 110 euros la habitación doble para las dos noches. Está muy bien situado en el Puerto Viejo, Vieux Port, el corazón de la ciudad. No tiene calefacción, pero hay un viejo calefactor que funciona bien.

El Vieux Port es el mejor lugar para pasear, especialmente por las mañanas, cuando se monta una lonja de pescado con las mejores capturas del día. También hay un mercado de flores provenzales muy colorido.

A la derecha del Vieux Port está el barrio de Le Panier, el más antiguo de la ciudad. Está repleto de callejuelas con fachadas de colores, paredes desconchadas y macetas en las ventanas. Puro estilo mediterráneo. Aquí vive buena parte de la población árabe, muy numerosa en la ciudad. Abundan los puestos de kebabs y las tiendas de artesanía, donde se vende el jabón de Marsella.

A la izquierda del Port Viex hay un barrio más moderno con muchos restaurantes de menú y pizzerías para comer o cenar. También está la abadía de San Víctor, con unas interesantes catacumbas paleocristianas.

Las mejores vistas de la ciudad se ven desde la iglesia de Notre Dame de la Garde, en lo alto de una colina de 150 metros. Desde aquí se divisa toda Marsella y las cercanas islas Frioul, a las que vale la pena acercarse en una excursión en barco.


Vista de Marsella desde el Palacio du Pharo.


El Vieux Port.


Lonja de pescado en el Vieux Port.


Una callejuela de Le Panier.


Fachadas de colores en Le Panier.


Flores y macetas adornan las ventanas de Le Panier.


Otra calle de Le Panier.


La catedral de La Major.


Calle del centro de Marsella.


Mercadillo de frutas en una plaza.


Los tranvías recorren La Canebiere, la principal arteria de Marsella.


Notre Dame de la Garde, en lo alto de una colina


Vista del puerto de Marsella desde Notre Dame de la Garde.


Las cercanas islas Frioul, al fondo.


Anocheciendo en el Vieux Port.


Excursión en barco hasta las islas Frioul.


El castillo de If, en un islote.


El intenso azul del mar da nombre a esta costa francesa.

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