Veliko Tarnovo

Cogimos un taxi en la puerta del hotel Lion para ir al aeropuerto de Sofía a recoger el coche de alquiler, que habíamos reservado por internet. Como era un domingo por la mañana, las oficias de Europcar en el centro de la ciudad estaban cerradas y nos tocó ir al aeropuerto a buscarlo. El taxi nos costó 12 levas (6 euros). El alquiler del coche nos salió por 130 euros durante ocho días.

Nuestro primer destino fue el pueblo de Koprivshtitsa, una pequeña aldea de montaña situada a unos 100 km de la capital búlgara. Aunque la distancia no es muy larga, se tarda más de dos horas en llegar porque las señales de tráfico son escasas al salir de Sofía (cuesta un poco dar con la carretera correcta) y luego la conducción es lenta por el mal estado del pavimento, los radares y la conducción temeraria de los búlgaros.

Koprivshtitsa es un bonito pueblo con casas de madera y calles empedradas emplazado en un magnífico paisaje alpino, en las montañas Sredna Gora, una sierra de los Balcanes orientales. Vale la pena darse un paseo por sus calles y, si hace bueno, tomarse un café al sol en alguna terraza, pero, a no ser que se quiera ir de excursión por la montaña, poco más se puede hacer.


Nuestro coche de alquiler, de camino a Koprivshtitsa.


Nieve en la carretera.


Bello paisaje alpino en los Balcanes orientales.


Casas tradicionales de madera en Koprivshtitsa.


Cortando leña en una serrería.


Puente de piedra de Koprivshtitsa.


Obstáculos en la carretera, saliendo de Koprivshtitsa.


En las carreteras búlgaras todavía se ven muchos carros.


Bonito pueblo de montaña.


Después de comer continuamos la ruta hacia Veliko Tarnovo, donde llegamos bien entrada la tarde. Nos alojamos en el hotel Tsarevets, cerca de la fortaleza homónima, en el centro histórico de la ciudad. La habitación doble con desayuno, wifi y párking en la puerta nos costó 70 levas (35 euros). El párking es fundamental si se dispone de coche porque es imposible aparcar en las estrechas calles de la ciudad vieja.

Veliko Tarnovo es, seguramente, la ciudad más bonita de Bulgaria. Es la capital histórica del país ya que sirvió de residencia a los reyes del imperio búlgaro durante la Edad Media. La ciudad vieja se erige sobre un desfiladero rodeado por el río Yantra y sus pintorescas casas desafían la gravedad colgando sobre las faldas de la montaña.

La fortaleza de Tsarevets es el icono de Veliko Tarnovo y se erige en lo alto de una colina con fabulosas vistas del centro histórico y del cañón que forma el río Yantra a su paso por la ciudad. Eso sí, de la estructura original apenas queda nada y casi todo lo que se puede contemplar es una reconstrucción realizada por los soviéticos, con escaso respeto al estilo original. En un extremo de la fortaleza se puede apreciar la Roca de las Ejecuciones, desde donde lanzaban al vacío a los condenados en la época medieval. La entrada a la fortaleza cuesta 6 levas (3 euros).


Entrada a la fortaleza de Tsarevets.


Vistas de Veliko Tarnovo, con niebla, desde la fortaleza de Tsarevets.


La Roca de las Ejecuciones, apuntando al vacío.


Otra vista de Veliko, desde la muralla de la fortaleza.


Es peligroso caminar por encima de la muralla.


Paseando por el interior de la fortaleza de Tsarevets.


La ciudad cuenta con varios museos, entre ellos el Museo Estatal de Arte, reconocible por la estatua de cuatro gigantescos caballeros de bronce, conocida como Monumento de los Asens. Fue levantada en 1985, en perfecto estilo soviético, para conmemorar los 800 años del segundo imperio búlgaro. 

Sin embargo, el gran atractivo de Veliko es pasear por las empinadas callejuelas del centro histórico y descubrir sus pintorescos rincones. Desde las zonas más altas se obtienen siempre fabulosas vistas de la ciudad.


Las casas colgantes de Veliko Tarnovo.


Calle principal de Veliko Tarnovo.


Ciudad vieja de Veliko Tarnovo.


Calle Rakovski, una de las más bonitas de la ciudad.


Fachadas típicas de Veliko.


Hay muchas cuestas en el centro histórico de Veliko Tarnovo.


Simpática decoración en una vieja puerta de madera.


Mural sobre una fachada.


Panorámica de Veliko desde uno de los muchos miradores de la ciudad.


Otra vista de Veliko Tarnovo.


El Monumento de los Asens, frente al Museo Estatal de Arte.


Paseando por la ciudad vieja de Veliko.


El centro histórico esconde rincones muy pintorescos.


Otra panorámica de Veliko Tarnovo.


También vale la pena descender al barrio de Asenova, el antiguo distrito de los artesanos, situado bajo la fortaleza de Tsarevets junto al río Yantra. El barrio todavía conserva algunas casas originales de madera y el templo más antiguo de Veliko, la iglesia de Sveti Dimitar, del siglo XII.

En las cercanías de Veliko Tarnovo se puede visitar en coche el monasterio de Preobrazhenski o el pueblo de Arbanasi, repleto de restaurantes y bares, aunque todos cerrados en invierno.


El barrio de Asenova.


Casas junto al río Yantra.


Puente de madera en el barrio de Asenova.


El río Yantra, a su paso por el barrio de Asenova.


Entrada al monasterio de Preobrazhenski.


Iglesia del monasterio de Preobrazhenski.

4 comentarios:

  1. Aunque tengo el recuerdo de esos lugares aún muy recientes, me ha encantado ver las fotos y leer vuestro viaje.

    un abrazo

    ResponderEliminar
  2. Hola M. Teresa. Veliko es una ciudad preciosa, la que más nos gustó de Bulgaria junto a Plovdiv. Es un país con muchos rincones por descubrir. Saludos!!

    ResponderEliminar
  3. Muy bonito
    no habia oido hablar de el , pero me ha parecido precioso
    realmente me lo apunto para el futuro
    abrazos

    ResponderEliminar
  4. Hola Bleid. No dejes de visitar Veliko si vas a Bulgaria. Es una ciudad preciosa y también hay muchos lugares para visitar por los alrededores. Saludos!

    ResponderEliminar