Rodas

Nuestra segunda escala fue Rodas. El barco atracó en el puerto turco de Marmaris y desde allí tuvimos que coger un ferry para llegar hasta la isla de Rodas, que emerge frente a las costas de Turquía, pero que pertenece a Grecia. El ferry tarda unos 45 minutos y el billete de ida y vuelta en el mismo día cuesta 45 euros.


Panorámica de la ciudad vieja de Marmaris.



Rodas es famosa por su antiguo Coloso, una de las siete maravillas de la antigüedad, que desgraciadamente fue destruido por un terremoto en el siglo III A.C., solo unos años después de su construcción. Según algunos historiadores el Coloso de Rodas no llegó a estar en pie ni un siglo. Aquella enorme estatua de bronce, de unos 40 metros, se levantaba frente al puerto de Rodas, capital de la isla, y actualmente existe un proyecto del ayuntamiento para volver a construir un Coloso moderno.

Y si del Coloso no queda nada, poco queda de la antigua ciudad de Rodas, que en las épocas helenística y romana fue uno de los puertos más importantes del Mediterráneo. A lo largo de la Edad Media se fue aprovechando la piedra de los antiguos asentamientos griegos y romanos para fortificar la ciudad y levantar una espectacular muralla defensiva, que todavía rodea la ciudad. También se aprovecharon los materiales viejos para construir los edificios de la época.

De hecho, la actual Rodas es una preciosa ciudad medieval de calles empedradas, que transporta al viajero a la época de las Cruzadas. Destaca el Palacio del Gran Maestre, construido en el siglo XV por los Caballeros de la Orden Hospitalaria de San Juan de Jerusalén, también conocidos como Caballeros Hospitalarios. Esta orden militar creada para defender Tierra Santa se instaló en Rodas en 1.310 y dominó la isla hasta la invasión otomana, que los expulsó a Malta. A partir de entonces fueron conocidos como Caballeros de Malta.

De la época medieval también destaca el edificio del Hospital, que actualmente alberga el Museo Arqueológico, y la imponente Puerta del Mar, que se erige frente al puerto y que era el principal acceso a la ciudad de Rodas.

La posterior dominación otomana también dejó huella en Rodas, como así lo atestiguan las numerosas mezquitas de la ciudad. La más grande es la mezquita de Solimán, cuyo minarete es visible desde cualquier rincón del centro histórico. El pasado otomano también se respira en las calles de Rodas, que son un auténtico bazar al aire libre, con multitud de tiendas, restaurantes y bares.

La Calle de los Caballeros, que arranca en el puerto, es la principal arteria comercial y atraviesa la ciudad vieja de punta a punta. La Plaza de Hipócrates, siempre abarrotada de gente y repleta de bares, es otro de los centros neurálgicos del centro histórico de Rodas.


Los restos del Templo de Apolo todavía recuerdan la antigua ciudad de Rodas.



El estadio es otro vestigio de la vieja Rodas.



Una enorme muralla rodea la ciudad medieval de Rodas.



Una de las puertas de acceso al centro histórico.



Palacio del Gran Maestre.



Calle de los Caballeros, con el minarete de la mezquita de Solimán al fondo.



La ciudad vieja de Rodas te transporta a la Edad Media.



Hay montones de restaurantes en el casco antiguo.



Pintoresco rincón de la ciudad vieja de Rodas.



Muchas calles son un bazar al aire libre.



Plaza de Hipócrates.



La puerta del Mar da acceso al puerto.



Puerto pesquero de Rodas.



Y aquí limpiando una de sus capturas del día.



En Rodas hay muchas tiendas de esponjas naturales.



La muralla de Rodas, junto al mar.



Tomando el sol en la playa de Rodas.

2 comentarios:

  1. Preciosa y refrescante entrada
    un lugar del que me han hablado muy bien y ahora veo el porque
    muchas gracias por compartirlo
    abrazos

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  2. Hola Bleid. La ciudad medieval de Rodas es encantadora. Nos faltó tiempo para visitar las playas de la isla, que también dicen que son muy bonitas. Un abrazo!

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