De Oslo a Stavanger

Fuimos temprano al aeropuerto Gardermoen, el principal de Oslo, para recoger el coche que habíamos reservado por internet. En teoría lo íbamos a recoger en la oficina del centro de la ciudad, pero desde Autoeurope nos llamaron para informarnos de que tenía que ser en el aeropuerto. El billete de autobús hasta Gardermoen cuesta 150 coronas (19 euros) y se tarda casi una hora en llegar. En la oficina de Hertz conseguimos, al menos, que nos dejaran devolver el vehículo en la oficina del centro de Oslo.

El coche era el más económico que encontramos, pero fue el mejor que nos han dado en una oficina de alquiler. Un Nissan Juke recién estrenado y equipado con todo. Tenía hasta GPS, muy útil para movernos por las ciudades noruegas y encontrar alojamientos.

Para llegar a Stavanger fuimos por la carretera de la costa, ya que por la ruta más corta y atractiva del interior nos avisaron de que podía haber tramos cortados por las lluvias de los últimos días.

Bordeando la costa hay 550 kilómetros hasta Stavanger y se tarda unas ocho horas o más en llegar debido a los ridículos límites de velocidad, que te obligan a ir a 70 km/h como máximo durante casi todo el trayecto.

Como ya habíamos perdido mucho tiempo al recoger el coche en el aeropuerto y al llegar teníamos que buscar alojamiento en Stavanger no pudimos entretenernos demasiado por el camino.


Nuestro Nissan Juke de alquiler.



Bonitas vistas desde la carretera, de camino a Stavanger.



Un pueblecito perdido junto a un lago.



El sol se esconde tras las nubes.



Muchos noruegos colocan enormes banderas de su país en el jardín.

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