Catarata de Orkhon

Después de unas cuatro horas de furgoneta llegamos a nuestro siguiente destino en la Catarata de Orkhon. El trayecto, todo por caminos sin asfaltar, atraviesa un bonito paisaje de estepa siguiendo el curso del río Orkhon.

En un tramo del río nos encontramos con una furgoneta de mongoles, que llevaban cabras y que se habían quedado clavados en medio del río al intentar cruzarlo. Nuestro conductor sacó unos cables para tratar de sacarlos tirando con su furgoneta 4x4, pero no hubo manera.

El campamento en la Catarata de Orkhon se encuentra en una bonita pradera donde pastan rebaños de cabras, yaks y caballos. Hay muchos gers de nómadas en los alrededores y una pequeña tienda que suministra a todos los habitantes de la pradera.

La catarata está escondida en un cañón formado por el río, que parece cortado con un cuchillo en medio de la llanura. En su interior crecen árboles y una frondosa vegetación, que contrasta con la aridez del exterior.

La catarata es un salto de agua de unos 20 metros que cae sobre una poza donde te puedes bañar. Es curioso ver a los mongoles con barcas hinchables navegando por la pequeña poza como si estuvieran en el mar.


Panorámica del río Orkhon, de camino a la catarata.



Atascados con la furgoneta en medio del río.



Preparando el rescate con nuestra furgoneta 4x4.



Intentando sacar a los mongoles del agua, pero sin éxito.



Otra vista del río Orkhon.



Atravesando pistas en la estepa de camino a la catarata.



Nuestro campamento en la catarata de Orkhon.



Cabras en los alrededores del ger.



Frondosa vegetación en el cañón del río Orkhon.



Catarata de Orkhon.



Interior del cañón del río Orkhon.



La catarata, vista desde abajo.



Los mongoles disfrutan con una barca en la catarata.



Duchándose en la catarata.



Cañón del río Orkhon.



Extensa pradera en los alrededores del río.



Enormes cornamentas junto al río.



El río Orkhon antes de precipitarse por la catarata.



Cabras pastando en la pradera.



Gers alineados en la pradera.



Una pareja de pequeños yaks.



Un ger con lavadora en el exterior.



Dos niñas mongolas.



Bonitos colores en las praderas mongolas.



Una manada de yaks.



Al día siguiente amanecimos con cielo nublado.

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