Riga (Letonia)




Aterrizamos en el aeropuerto de Riga sobre las 17.00 h. de la tarde y para ir al centro cogimos un autobús que cuesta menos de 1 euro. Nos bajamos justo después de cruzar el río Daugava, donde empieza el casco antiguo de la ciudad, y comenzamos a buscar alojamiento.

La tarea fue más complicada de lo previsto porque todos los hostales del casco antiguo estaban llenos o nos pedían más de 100 euros por una habitación doble. Después de mucho patear salimos de la ciudad vieja y encontramos el Hotel Irina por 60 lats la noche con desayuno incluido (unos 86 euros). Fue algo más caro de lo esperado, pero es un buen hotel y está a un paso de la ciudad vieja. Nos quedamos dos noches.

La primera tarde la dedicamos a pasear por su precioso casco antiguo y nos acercamos hasta el monumento a los héroes de la Segunda Guerra Mundial, situado al otro lado del Daugava. Es un enorme monolito de la era soviética coronado por una estrella de cinco puntas que conmemora la victoria de la URSS sobre el nazismo.

El día siguiente recorrimos con más calma la ciudad vieja, con magníficos edificios medievales, renacentistas y barrocos. Destaca su catedral, la Casa de las Cabezas Negras y la iglesia de San Pedro desde cuyo campanario se obtiene la mejor panorámica de la ciudad. Lo mejor es perderse por sus callejuelas de intenso sabor hanseático repletas de terrazas donde engullir enormes jarras de cerveza letona a precios económicos. Este es el deporte favorito de los cientos y cientos de jóvenes turistas ingleses que acuden a Riga a pasar un fin de semana etílico.

Fuera del casco antiguo se puede pasear por sus frondosos parques o contemplar las famosas fachadas de los edificios de arquitectura Art Nouveau. Los mejores ejemplos de este estilo arquitectónico se encuentran en las calles Elizabetes Iela y Alberta Iela. También destaca el Monumento a la Libertad, símbolo de la independencia letona.

Merece la pena perder una hora en el Museo de la Ocupación de Letonia, que refleja muy bien la vida del país bajo la ocupación nazi y soviética. El museo se encuentra en un antiguo edificio comunista en la entrada del casco antiguo.

Un buen lugar para comer en Riga es el restaurante Alus Seta, que aparece en la guía Lonely Planet. Está en pleno casco antiguo, cerca de la catedral, y cuenta con una especie de buffet económico y sabroso. La cerveza también es barata.


La torre de la televisión, tras el puente del ferrocarril, que cruza el río Daugava.


Silueta de la ciudad vieja de Riga.


La Casa de las Cabezas Negras, a la derecha, y el campanario de la iglesia de San Pedro.


Agradable plaza en el casco antiguo.


Casitas de colores.


Otro encantador rincón de la ciudad vieja.


La Torre de la Pólvora.


Músicos callejeros.


Panorámica del Daugava desde la iglesia de San Pedro.


Vista de la ciudad vieja.


Palacio de las Ciencias, a semejanza del que hay en Varsovia y Moscú.


Puerta Sueca, escondida en un bello rincón del casco antiguo.


Estas fachadas se conocen como los Tres Hermanos.


Más música en la calle.


Coches de caballos avanzan en una callejuela.


Hay programado un concierto de José Carreras, Hose Karreras en letón.


La Catedral de Riga.


Monumento a la Libertad.


El Canal de la Ciudad bordea el centro histórico.


Fachada de estilo Art Nouveau.


Detalle de la fachada.


El Museo de la Ocupación de Letonia, de estilo soviético.


La Catedral ortodoxa rusa.


El animado Mercado Central.


Monumento a los héroes de la Segunda Guerra Mundial.


El puente Vansu sobre el caudaloso Daugava.

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