Sigishoara

Sigishoara era la capital histórica de Transilvania y como tal conserva numerosos monumentos hitóricos. El ambiente vampírico se respira en sus calles, cementerios y en la tierra negra de los campos que la rodean. Eso cuando la magia del momento no la rompe un cartel hortera con la imagen de un muñeco de drácula.

Más reales parecen las cruces de plata que rematan los tejados o que se encuentran en los jardines de muchas casas particulares. Aquí nadie cree en los vampiros, pero la mayoría pone estas cruces "por si acaso", dicen.

La tradición vampírica de Transilvania está muy arraigada en Sigishoara y con motivo porque fue aquí dónde nació Vlad Tepes el empalador, príncipe de Valaquia, que dio origen al mito de Drácula. Tepes liberó a los rumanos de la opresión otomana en el siglo XV y, según se dice, decoraba sus campos con enemigos empalados de los que se bebía su sangre.


Vista general de Sigishoara.


Una bonita plaza de la ciudad.


Su antiguo cementerio, en la falda de una colina, merece una visita.

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