El Paso (Texas)

El principal y prácticamente único atractivo de El Paso es su situación fronteriza con México. Aquí pasamos dos noches porque nos apetecía pasar un día en México, en la vecina Ciudad Juárez. Cruzamos la frontera al día siguiente y aquella tarde la dedicamos a recorrer El Paso.

El Paso, como ciudad fronteriza, creció gracias al contrabando y a los impuestos aduaneros. Actualmente el tráfico de personas y mercancías entre México y Estados Unidos es también constante. Por la calle ves a muchos mexicanos y escuchas mucho nuestra lengua. Hay montones de restaurantes de comida mexicana, aunque para eso mejor cruzar la frontera. Al norte de la ciudad se encuentra el Pico Franklin (2.190 m.) al que se puede acceder en coche para obtener una buena panorámica de la zona y del otro lado del río Grande, la frontera natural con México.

Para dormir nos instalamos en otro motel de las afueras con unos desayunos muy ricos y una simpática camarera mexicana, que nos recomendó visitar Juárez, aunque también nos recomendó estar de regreso antes del anochecer... por si las moscas.


Una calle céntrica de El Paso.


Venta ambulante en las calles de El Paso.


Cuando pica el sol no apetece mucho pasear.


Al fondo se divisa el pico Franklin, que domina la ciudad.

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